miércoles, 11 de abril de 2007

Consecuencias de las mentiras en periodismo

El periodismo digital no es sólo el traslado de los usos y contenidos de la prensa tradicional a la Red. Supone también una serie de valores añadidos como la actualización o la ruptura con la comunicación lineal que obligan a la prensa tradicional a replantearse. Menos tiempo para elaborar la información, mayor competitividad y una incesante búsqueda de color y humor en los fondos son algunas de las claves para luchar contra este nuevo competidor.

Movidos quizá por la presión o la búsqueda del éxito, periodistas como Patricia Smith, columnista de Boston Globe, Jayson Blair de The New York Times o Jack Kelley de USA Today siguieron el camino fácil y quebrantaron el fin último del periodismo “informar sobre la realidad”. Con unas cuantas cifras falseadas y algunas declaraciones inventadas de fuentes, en algunos casos inexistentes, estos periodistas creaban reportajes perfectos.

Uno de los casos más sonados fue el de Stephen Glass en 1998 que llegó a inventar 27 de las 41 historias que publicó en The New Republic. La invención fue destapada gracias a la investigación que Adam Penemberg, periodista del diario digital Forbes.com, realizó tras leer Hack Heaven uno de los artículos de Glass en torno a la piratería. La carrera periodística de Glass terminó, no sin obtener beneficios con la venta de la historia, y pasó a dedicarse a la abogacía.

El derrumbe de Glass queda plasmado en la película de Billy Ray El precio de la verdad. Un elemento curioso de la cinta es el interés por explicar el sistema de revisión de las informaciones en los diarios estadounidenses. Pese a los múltiples controles de calidad y veracidad por los que pasaban los textos, las mentiras eran difícilmente detectables pues el sistema se basa en la ética profesional del periodista.

Casos como el de Glass se fijan en la historia del periodismo con unas consecuencias, en algunos casos nefastas, de manera que se ha llegado a hablar de una “crisis de valores”. Sin embargo, también tenido consecuencias positivas que se traducen en una reflexión constante acerca de la actividad periodística, de la verdad, la objetividad, la responsabilidad social. Está reflexión se ha acompañado de una mayor profesionalización del periodismo, que se ve en la necesidad de justificar sus informaciones, revelar sus fuentes con el fin de obtener mayor credibilidad. Un claro ejemplo se encuentra en el periodismo digital donde las informaciones exigen una construcción que muestra sus fuentes a través de enlaces. La calidad de una noticia no se mide únicamente por la redacción del texto sino que adquiere importancia el tipo de página con la que enlaza, las fotografías que muestra o la capacidad del autor para responder por sus palabras a cualquier lector.

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